(Poema de Laura Ruiz Montes)
Me reconozco
en este hombre viejo,
que pudiera ser seductor
si no fuera porque a ratos
le falta el aire.
Entonces abre los labios, respira
y poco a poco
va absorbiendo toda la tarde
y a mi dentro de ella.
La ciudad parece una habitación
hecha tan solo para que yo me busque
en este hombre que me mira
con casi medio siglo de ventaja
mientras imagino sus manos.
No quiero verlas,
prefiero creer que si me tocan
van a dejar un hilo invisible sobre mi cuerpo.
Ahora andamos tristes,
como si un deseo
nos hubiera exiliado definitivamente
y en un lugar lejano,
yo me encontrase con un hombre casi seductor
que me mira como si me conociera,
como si alguna vez
nos hubiésemos amado en una ciudad secreta
hecha tan solo para que yo estuviera en ella
y para que él la absorbiera,
poco a poco
cuando a ratos le falta el aire.